“El juego del gallina” y
la designación del candidato del PRI
a gobernador del Estado
de México en 2011
El
propósito de este texto es analizar, a través del tamiz de la Teoría de Juegos,
específicamente por medio de “El juego del gallina”, la designación del
candidato del Partido Revolucionario Institucional a Gobernador del Estado de
México, durante el proceso electoral de 2011.
1.
La Teoría de Juegos y “El juego del
gallina”, un problema de desgaste
El
creciente uso que se hace de la Teoría de Juegos se debe principalmente a que
su estructura matemática le ha brindado más solidez a las explicaciones que de
ella se derivan sobre procesos y fenómenos sociales.
De
hecho, la Teoría de Juegos nos concede la posibilidad de explicar la
interacción estratégica entre individuos[1], es decir, de esta forma
podemos entender las acciones del pasado o, incluso, predecir acciones en el
futuro, pues logramos identificar los incentivos que llevan a los actores a
entrar en conflicto o a cooperar.
Para
explicar un proceso o fenómeno social, debemos comparar a la interacción social
con un “juego”, cuyos componentes son: reglas, jugadores, acción, información,
estrategias, equilibrio, pagos y resultados. A través de estos “juegos”
podemos: entender qué pasó y/o qué sucederá. Es factible que en un “juego” se dé
un “equilibrio”, situación en la que “todos los jugadores toman la decisión
adecuada”[2].
La
Teoría de Juegos contempla diversos tipos de “juegos”, tales como: El dilema
del prisionero o Un problema de cooperación; La batalla de los sexos o Un
problema de coordinación; El juego del gallina o Un problema de desgaste.
Este
último juego es el que nos permite analizar la interacción estratégica que se
dio en la designación del candidato del PRI a la gubernatura mexiquense.
En
el juego del gallina
se toma como referencia la película protagonizada por James Dean “Rebeldes sin
causa”, (1955), en la que dos personajes antagónicos “quieren impresionar a sus
amigos”, por lo que juegan a “La Gallina”: dos automóviles son manejados uno
hacia el otro a gran velocidad. El primero en salirse de la carretera pierde
(es un Gallina). “El más ‘macho’ gana”.
Las
opciones que existen son tres: 1. Ambos giran y son igualmente gallinas; 2.
Ambos siguen de frente y chocan; y, 3. Uno gira (es gallina) y el otro sigue de
frente (es macho). En este juego se dan dos equilibrios de Nash (ambos
jugadores toman la decisión adecuada): a. De frente, Girar; b. Girar, De
frente. En este caso, “ninguno de los jugadores se puede beneficiar al cambiar
su acción unilateralmente[3].
Por
lo tanto, cada jugador prefiere que el otro haga el sacrificio primero, por lo
que hay incentivos a retrasar la decisión lo más posible. Así es
como los jugadores se desgastan hasta que no aguantan más y existe un riesgo
real de choque.
2.
El juego del gallina y la elección de
gobernador del Estado de México en 2011
Lo
que el juego del gallina ilustra es que hay situaciones donde: 1. Se avecina un
desastre si nadie cambia de curso; 2. Los jugadores se desgastan al participar
en el juego; 3. Los incentivos hacen que un choque sea muy probable; por lo
que, como se afirma líneas arriba, “hay incentivos a retrasar la decisión lo
más posible”.
Esto
último es lo que describe a la perfección el proceso de designación del
candidato del PRI a la gubernatura del Estado de México en 2011, esto es, El
juego del gallina nos permite explicar por qué Enrique Peña Nieto (EPN) eligió
a Eruviel Ávila Villegas (EAV) como el abanderado de su partido. Veamos.
Se
ha convertido en lugar común decir que la elección a gobernador mexiquense es
“el laboratorio electoral” de la elección presidencial del año siguiente. Lo que
es parcialmente cierto, pues tal profecía no se materializó en las elecciones
presidenciales de 2000 ni en 2006.
En
1999, el priísta Arturo Montiel ganó la gubernatura del estado de México, pero
al año siguiente su correligionario Francisco Labastida perdió la presidencia
de la República frente al panista Vicente Fox.
En
2005, Enrique Peña Nieto derrotó al “feo” Rubén Mendoza Ayala, pero esa
victoria de nada sirvió a Roberto Madrazo un año después: quedó en tercer lugar
en la carrera presidencial, muy lejos del panista Felipe Calderón y del
perredista Andrés Manuel López Obrador. En 2011 y 2012 la historia sería
diferente.
En
efecto, en 2011, con una votación histórica, el priísta EAV gana la gubernatura
mexiquense. Doce meses después, EPN se convierte en presidente de la República.
Este
es el contexto, ahora veamos los componentes del juego:
Reglas claras. Las escritas: en el sistema
electoral mexicano, sólo los partidos políticos pueden postular a candidatos a
puestos de elección popular. Las no escritas: el gobernador en turno elige al
candidato de su partido para sucederlo.
Jugadores. EPN, gobernador del Estado de México.
EAV, presidente municipal de Ecatepec y aspirante a la candidatura del PRI a
Gobernador del estado de México.
Estrategias. EPN mantiene en secreto su decisión
hasta el último momento, mientras tanto evalúa las probabilidades de triunfo de
los distintos aspirantes a la candidatura (Alfredo del Mazo, alcalde de
Huixquilucan y primo de EPN; Ricardo Aguilar, presidente del Comité Directivo
Estatal del PRI y amigo personal de EPN; Ernesto Nemer, líder de la bancada
priísta en el Congreso local; Luis Videgaray, ex secretario de Finanzas del
Gobierno del Estado de México y en ese momento diputado federal, y el propio
Eruviel Ávila Villegas) y los efectos políticos de su decisión, tanto en la
elección estatal como en el proceso federal próximo.
Por
su parte, EAV anuncia públicamente su intención de ser el sucesor de EPN, pero
en privado se reúne con líderes locales del PRD y les pide “que el PRD me deje
abierta la puerta hasta donde se pueda, y si se cierra dejen abierta la ventana”[4]. En efecto, retrasa su
“decisión lo más posible”.
Equilibrio. En este “juego”, el equilibrio se da
en el momento en que “ninguno de los jugadores se puede beneficiar al cambiar
su decisión unilateralmente”, es decir, ambos jugadores se benefician de tomar
la decisión adecuada hasta el último momento. En este caso, EPN de evaluar cuál
es aspirante que más le conviene designar, de acuerdo con sus intereses
políticos personales. Y en el de EAV, esperar hasta el último momento para
saber si el gobernador lo bendice con la designación o buscar la postulación
por la coalición opositora PAN-PRD[5].
Acciones. Finalmente, la madrugada del sábado
24 de marzo de 2011 se definió la “candidatura de unidad” del PRI a la
gubernatura del presidente municipal de Ecatepec, EAV. Y la mañana de ese mismo
día los otros aspirantes declinaron y le alzaron la mano al ungido. Pocas horas
más tarde, el Ayuntamiento de Ecatepec
otorga la licencia definitiva a EAV, quien al día siguiente se registra como
candidato del Partido Revolucionario Institucional[6].
Pagos. EPN garantiza la unidad de su
partido, designa al candidato más competitivo, le quita a la oposición la
posibilidad de postular a un ex priísta que ponga en riesgo la elección para el
PRI, obtiene un triunfo contundente, una transición tersa y, así, fortalece sus
aspiraciones para ser el candidato a la presidencia de su partido.
EAV
gana la postulación de su partido, triunfa en la elección y se convierte en
gobernador del estado de México, el primero en más de cuarenta años que no
proviene del Valle de Toluca.
Resultados. EAV gana la elección de gobernador con
una votación histórica: obtiene el 62 por ciento de los votos y es el primer
candidato que recibe más de tres millones de votos en una elección del estado
de México.
Por
su parte, EPN sale fortalecido, mantiene para su partido la gubernatura (y él
conserva el control de las principales áreas del gobierno mexiquense: finanzas,
salud, seguridad, fiscalía), gana la postulación a la presidencia y, un año
después, triunfa en la elección presidencial.
3.
¿Quién fue el gallina: EPN o EAV?
Una vez que
se hizo pública la designación de EAV, los líderes nacionales del PAN y del
PRD, Gustavo Madero y Jesús Zambrano, respectivamente, declararon: “La
designación de Eruviel, por temor”[7].
Así es, por
temor…pero de los dos jugadores. EPN quiso garantizar su sucesión y no poner en
riesgo su candidatura presidencial. EAV no quiso arriesgarse a ser postulado
por la coalición opositora hasta no saber si sería o no ungido como candidato.
4.
Conclusiones
a.
Cada jugador prefiere que el otro haga
el sacrificio primero. Por eso hay incentivos a retrasar la decisión lo más
posible. Y eso
hicieron EPN y EAV no tomar una decisión hasta no saber qué haría el otro hasta
el último momento.
b.
Los jugadores se desgastan hasta que
no aguantan más, por lo que hay un riesgo enorme de choque. Para EPN el riesgo hubiese sido
postular a Alfredo del Mazo (o Luis Videgaray o Ricardo Aguilar) con la
probabilidad de perder o ganar por un margen apretado lo que hubiese complicado
sus aspiraciones presidenciales, pues con un resultado así habría proyectado
una imagen de debilidad e incapacidad para sortear dificultades electorales,
generando la duda de que “si no pudo con su propia
sucesión, menos podrá con una elección presidencial”.
Para
EAV el riesgo hubiese sido ser postulado por la coalición opositora, ser
competitivo, cerrar la elección, pero aun así perder, con lo cual no sólo
perdía una elección sino corría el riesgo aún mayor de finiquitar su carrera
política.
c.
Para evitar la colisión y así salir de
El juego del gallina,
EPN y EAV tuvieron que:
i.
Ceder:
EPN la candidatura a gobernador, EAV el control de las principales áreas del
Gobierno del estado de México.
ii.
Tener
disposición a dialogar y negociar: eso hicieron. EPN negoció la candidatura a EAV
a cambio del control político y económico del estado de México.
iii.
Mantener
el quid pro quo (hoy por ti, mañana por mí): EPN dispuso de todos los recursos políticos y económicos para la
campaña de EAV a gobernador. EAV como gobernador hizo lo mismo a favor de la
elección presidencial de EPN.
iv.
Compartir
las ganancias (compensaciones colaterales): EPN es presidente de la República.
EAV, gobernador del estado de México.
[1] “Teoría de
Juegos”, Dr. Guilles Serra.
[2] Ibidem.
[3] Ibidem.
[4] Una tarde de enero de 2011, en el
restaurante Puerto Madero ubicado en Masaryk, en Polanco, Eruviel Ávila
Villegas se reunió con Cipriano Gutiérrez Vázquez, secretario general del PRD
en el Estado de México, quien le dijo al edil ecatepense: “Conoces la historia
de tu partido en el Estado de México. Acá se abrió la puerta: queremos que seas
candidato externo del PRD”. En ese momento, Eruviel le respondió: Me honra la
consideración, pero en este momento no te puedo decir sí o no. Voy a pelear
hasta el final en mi partido. Para leer una versión más amplia de esta reunión,
leer el reportaje de Alejandro Sánchez, “El Vidriero. Un reportaje sobre el
ascenso del nuevo PRI”, publicado en octubre de 2011, en la revista Gatopardo: http://www.gatopardo.com/ReportajesGP.php?R=109
[5] “En los últimos meses…(al) PRD, le
había funcionado la estrategia de aliarse con el Partido Acción Nacional (PAN)
en otros estados donde la fusión hizo el milagro de extirpar a los candidatos
del PRI y poner un alto a los cacicazgos regionales. En el Estado de México esa
fórmula no sólo tenía como propósito hacer ganar al PRD después de más de
ochenta años de gobiernos del PRI, sino asestar a Peña Nieto, el priista más
guapo y popular de los últimos tiempos, un golpe crucial en sus aspiraciones
presidenciales”. Ibidem.
[6]
Milenio, 27 de marzo de 2011. Ver: http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/7124535617041c8e5402057a5389d6d7
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